Tomado de: http://www.cec.org.co
En el marco de la Asamblea Plenaria de obispos que inició hoy en la ciudad de Medellín, el obispo de Tibú monseñor Omar Sánchez Cubillos, hizo un llamado a los negociadores para que mantengan la calma y unan esfuerzos en estos momentos críticos por lo que atraviesan los diálogos.
Sus declaraciones se dieron luego que el jefe negociador del Gobierno en La Habana, Humberto de la Calle afirmara que el proceso de paz de Colombia está en su «peor momento», por lo que exhortó a las partes negociadoras para que este proceso culmine con la firma de un acuerdo.
«Es necesario pasar por todo esto si queremos alcanzar la paz, pienso que estamos en un punto irreversible y que un acuerdo tiene que llegar», precisó el prelado, quien manifestó que Norte de Santander, al igual que departamentos como Valle, Putumayo y Nariño, requieren con urgencia un acuerdo de paz por las afectaciones que están registrando sus habitantes.
Monseñor Sánchez Cubillos invitó al grupo guerrillero de las Farc para que cesen hostilidades y den muestras de querer la paz. Igualmente, al recordar que en Norte de Santander y en otras zonas del país hay presencia de otros grupos insurgentes, el prelado pidió al Gobierno iniciar con ellos acercamientos para eventuales diálogos.
El prelado anunció que en la agenda de los obispos para esta semana, el tema de los diálogos de Paz será prioridad de estudio.
Dominicos y dominicas de Colombia 
Fray Juan Francisco muchas gracias por esta noticia.
Unidos en oración.
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Gracias Monseñor Omar Alberto cuenta con nuestro apoyo y nuestra oración. Hay que seguir luchando por que los diálogos de paz sigan adelante este es nuestro reto y nuestro signo de fidelidad a Jesús el Señor y su mensaje de Reino.
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El Espíritu del Señor ilumine las mentes y los corazones de todos los colombianos para que así sea.
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La paz viene de dentro, de la profundidad del SER, allí donde se percibe la armonía, donde el corazón es desatado de tanto odio, donde se vuelve a la conversión y reconciliación con una vida desintegrada y esto es la presencia de Dios. Que nos abramos a este llamado que clama, que gime desde esta profundidad y apoyemos estos esfuerzos de compromisos con nuestras gentes y con todo lo que nos rodea y desde nuestras vidas pacificadas seamos los testigos de Jesucristo de esa paz, que nos trajo, vivió y nos dejó como tarea.
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